viernes, 3 de julio de 2009

MI POEMARIO: A ORILLAS DEL FIRMAMENTO...

A ORILLAS DEL FIRMAMENTO...
poseído,
angustiado,
el monstruo
seducía en silencio
a la inocencia.

Una luna morbosa
se frotaba
entre las ramas
de un ciruelo,

Y el tiempo apresurado
corría entre escombros,
mutilando.

postradas rodillas
ante imágenes de santos,
se puebla la tierra
de dioses falsos.

Rostros con dos cabezas
niños de ocho brazos,
mitad humano
mitad sirena,
estragos de odios
poder y guerras.

Tengo el recuerdo
en mi olfato
del dulce café negro.

y en este preámbulo del tiempo,
perdura aún, la voz
lejana de la abuela,
¡ nostalgia azul!

Un pobre cigarrillo
exhala
extinguiéndose
en la noche
de alguna boca muerta,
ya nada casi existe,
ni sol
ni estrellas.

El último arco iris
que quedaba
pasó
buscando el edén,
con su antifaz de primavera.

La astuta soledad
envuelve a su presa
y entre perfumes y cantos
otra ves peca,
lleva cicatrices
en su alma muerta.

¿ donde está el edén?
pregunta un reloj de arena.

A orillas del firmamento
un jardín se ha secado,
un ángel de pena
lo ha pintado.

Afuera,
todo es triste esperma...

Ya no sé donde estoy
me escondo
bajo piedras,
un árbol
va muriendo,
todos lo matamos,
¡ somos tristes leyendas!

El olor del averno
nos llega
bajo un cielo raso,
lloran niños
por sus madres muertas.

nadan los peces
en la gota
que queda,
y este sol me traga
robando mi esencia.

Hallé caminando
la tumba del amor,
aquel demonio lo maldijo
con su sonrisa
de bufón

¿ será solo un sueño?

¡me comería al sol,
si fuese un helado!

Charcos de oro
mezcclados con sangre
se vacea la tierra
sudando
gritando.

Se esconde
un triste fauno,
se extiende
el humo negro
llevándose los campos.

Me acordé del ciruelo
arrogante en mi jardín...

un ángel confundido
me presta sus bellas alas,
viajo hasta el limbo
a orillas
de un Dios vivo.

Un gato cuadrado
confuso observaba.

Un triste riachuelo
cubierto de muertos
pregona
llora su ayer.

Un insecto
suspendido en el vacío,
se asoma
maldice.

Encontré a la poesía
en hojas
de un invierno,
llorosa
pensativa.

¡Cruje la noche!

No hay girasoles
ni rosas
ni tulipanes.
¡ languidece la tristeza!.

Vuelo
pegada a las alas
de un perfecto
arcángel...

No hay mar, ni arena,
ni playa, ni estrellas.

¡ Me cojo de Cristo
cubierta en llantos!

Nadie ya oraba
Dios, era cuento
duelen, pesan
los remordimientos.

Se extingue la luz
la hemos maldecido,
puja la tierra.

¿ dónde está el edén?
pregunta moribunda
la primavera.

¡ quiero despertar!

Oraré por el amor
y pondré flores
sobre su tumba,
quizá renazca
con alas nuevas.

La noche teje sentada
sobre rocas
de negra lava,
un minotauro
hacia el cielo se eleva
buscando el rastro
de una águila ciega.

Un grupo de humanos
son fusilados...

Se me dibujan visiones
campos de exterminio
y sacrificios por fuego.

Sonríen los muertos,
¡ muertos que siempre fueron!.

Los demonios
están fornicando
sobre pantanos de hiel.

Una bengala
olvidada,
brillará apenas
en la oscuridad.
Risas bufonas llegan
de no sé
que gruta infernal.

Oigo un ruiseñor,
recuerdos de mi sangre
hace mucho que voló.

Se me acerca un sol
dolido
desorbitado,
con su boca negra
diciendo adiós.
¿ que hicimos?

Un triste vacío
repite lamentos
todos jugaron
creyéndose Dios,
lodo podrido
sobre la tierra hueca,
basta de guerras
grito yo.

Se extingue en la nieve
la hermosa poesía,
mi cubre la cubre
sediento de amor.

¿ una melodía?
Dios mío, no me dejes...

¿Qué fruto es este?
mezcla cuadrada
de tuna y sandiílla
¿ manzana cuadrada?.

La tierra exhala
su ultimo aliento
llora la lluvia
ácidas lágrimas
vomita el universo
sus rocas de fuego.

¡ hoy murió
el último picaflor!

¿ dónde está el edén?

Alguien grita ahora,
recemos, recemos...

Busco el pozo escondido
que aún
me da de beber.

¿ una voz?
es una ala rota
de algún pájaro azul.
El cielo se está rajandol...

Duermen las palabras
bajo tierra de estiércol,
no hay nada,
ni poesía, ni aves, ni sol...

Las plácidas alas
van en busca
de su dueño.

Me abraza la noche
sin cuerpo,
y sujeta al infinito
estoy mirando
lo que fue
mi universo.

Un obispo apresurado
trata de justificarse,
un eclipse interminable
cubre sus rezos.

Una forma triangular,
con ojillos de oro
de extraña mitología,
pronuncia idiomas
y se va.

Dos bellos delfines
sobre la arena roja,
recordé el sacrificio
de una tradición tonta.

Solo somos calco,
un tonto remedo.

Una lechuza nadaba
en medio
del espectro.

Me zambullo nuevamente
en esa inmensidad,
¡ lejanos recuerdos
de hogar!.
Oigo mi grito desesperado...

Un seco glaciar
que apenas canta,
me anido en el frío
de un vago abismo.

Alguien me llama...

se dibuja en el cielo
vestigios
de un sol muerto.

Una niña herida
taja a escondidas
viejas puntas
de una estrella rota.

Apareció mi jardín
en aquella parte
de mi memoria,
¡ nostalgia azul!

En medio de un claro
con inmortales vuelos
llego a comulgarme
besando el silencio...

Se abre una ventana
en el firmamento...

Un dulce sonido
en medio de la luz,
¡ con hermoso semblante
la imagen de Cristo
radiante!.

¡ un estanque
lleno de estrellas!

Dios me ha rozado
con toda
su belleza...

Entre rosas de un verano
juega una primavera.
Dos ángeles pintaron
de nuevo el planeta.

Busco en los escombros
y bajo la nieve,
el fauno herido
se me adhiere.
Somos dos,
buscando al amor...

Encontré mi verso
en un tiempo
navegando.

El cielo está aclarando
en señal secreta.
Nos sonríe a lo lejos
Darío,Bécquer, Neruda, Vallejo...

A orillas de un firmamento
alzamos un santuario
a Dios...

Hallamos el amor,
meditaba
sobre su tumba fría,
caminamos los tres
en busca de la poesía.

Se oyeron viejos llantos,
ecos,
voces de ultratumba...

Un crepúsculo
en la oscuridad
nos extiende
su mano blanca,
la melodía cambiante
del nuevo paisaje
nos hace llorar...

Los ángeles volaron
rodeados de luz.

Y envueltos
en extraña complicidad,
nos alejamos
por distintos caminos.

El aura nos llega
casi gimiendo,
de lúgubres canteras
hemos regresado.

Las formas fantasmales
se van desvaneciendo,
los dioses de barro
enmudecieron.

Se vistió de hostias
la tarde,
y la noche floreció.
Un adiós ligero,
el fauno
el amor
la poesía
yo..

Vuelan gaviotas
hechas de amor,
se ha abierto un gran libro
en las manos de Dios.

Del otro lado del mundo
las sendas esperan
y en medio
de la luz inmensa,
los versos vuelan.

Vuelve el verde bosque,
no hay hostilidad.

Revolotea un colibrí
con su pico de plata,
en un claro ramaje
vestido de esperanzas.

De un antro
aparecen
las razas.

Mis pies recordaron
la espuma del mar...

Salidos de un ensueño
con pupilas aladas,
llegan las estaciones
adornadas de escarcha.

Fluye miel
en los cauces.

Un arco iris se baña
en blancas aguas.

Afuera está lloviendo,
el pasto ha florecido,
vestida de novia
llega el amanecer.
Ma. Alejandra. Castellanos. Briceño.




ni playa, ni estrellas.

3 comentarios:

  1. Que torrente de imágenes y de bellas expresiones del lenguaje...enhorabuena. Debes continuar en esa línea creativa...un beso de azpeitia

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  2. profesora sus poemas son muy xvrs .me gustan bastante , espero q llege a escribir asi, ojala q haga un poema inspirado en el 4C jajajaja en sus alumnos .

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  3. Estaba en la casa de la literatura y de repente, vi su poemario. " a orillas del firmamento" que buen titulo!!! y me quede pegada leyendo sus versos parada entre la gente. fue como si el tiempo se hubiera detenido. me ha encantado de verdad! exito.

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