viernes, 26 de agosto de 2011



EL DÍA EN QUE EL SOL SE COMIÓ UN HELADO






En aquella playa sureña, donde pasábamos todos los veranos, el mar azul cristalino nos sonreía y en las hermosas noches celestes, las estrellas parecían rozarnos.



Me quedé un rato a solas con mi tabla de surfear, intentando pasar algunas olas, al día siguiente debía ganarles la apuesta al primo Juan.



El sol caía intensamente, eran las cuatro de la tarde, habíamos estado desde temprano, así que mi familia se retiró a descansar.



A unos cuantos metros, un niño corría dando alborotados gritos, su enorme helado, estaba siendo succionado.



Los pocos que estábamos cerca, corrimos al lugar envueltos de un calor sofocante, que casi impedía respirar.El mar, se había tornado tan caliente, que los peces saltaban sobre ella.



Alguién gritó de algún lado...



¡ Es es el sol...es el sol...!



Y bajo unas nubes anaranjadas, unos rojos labios , saboreaban...el enorme helado de chocolate.






DE MI LIBRO DE RELATOS:



La Montaña Sagrada y otros Cuentos.

viernes, 5 de agosto de 2011

CON MIS ALAS DE BAMBÚ



Con mis alas de bambú






Un arco iris



descansa



sobre un puente,



yo renazco



desde la muerte,



con mis alas



de bambú.






La luna,



se frota al pie



de un ciruelo,



que bajo su cielo



le dio su amor,



y con una sonrisa



efímera y perdida



se revuelca



entre hojas



de un frío invierno.






Y antes



de mi vuelo,



me envuelven



sus brazos toda,



estallando



desnuda,



sellada



a su cuerpo,



a un paraíso



ya casi muerto...






Sobre blancas aguas,



peca otra vez



el cielo,



ya nada es igual



mientras despierto,



apenas si se cruzan



algunas miradas,



en aquellas



sombras



del silencio.






Afuera el ciruelo



llora entre



sus ramas,



por la luna



que ha muerto.



Y bajo aquel cielo,



misterioso y negro,



con mis alas



de bambú,



retomo el vuelo.



(Poema en la antología de Poéticas, de Raúl Allaín )