viernes, 26 de agosto de 2011



EL DÍA EN QUE EL SOL SE COMIÓ UN HELADO






En aquella playa sureña, donde pasábamos todos los veranos, el mar azul cristalino nos sonreía y en las hermosas noches celestes, las estrellas parecían rozarnos.



Me quedé un rato a solas con mi tabla de surfear, intentando pasar algunas olas, al día siguiente debía ganarles la apuesta al primo Juan.



El sol caía intensamente, eran las cuatro de la tarde, habíamos estado desde temprano, así que mi familia se retiró a descansar.



A unos cuantos metros, un niño corría dando alborotados gritos, su enorme helado, estaba siendo succionado.



Los pocos que estábamos cerca, corrimos al lugar envueltos de un calor sofocante, que casi impedía respirar.El mar, se había tornado tan caliente, que los peces saltaban sobre ella.



Alguién gritó de algún lado...



¡ Es es el sol...es el sol...!



Y bajo unas nubes anaranjadas, unos rojos labios , saboreaban...el enorme helado de chocolate.






DE MI LIBRO DE RELATOS:



La Montaña Sagrada y otros Cuentos.

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