martes, 1 de febrero de 2011

TRUJILLO


Ciudad,

de la eterna primavera,

donde el sol,

buscando una

cálida tierra,

se quedara a vivir

en ella.


Cuna

de hermosas mujeres,

que regalan a la Patria

sus divas coronas,

herencia de arte y cultura,

de sabrosos potajes

y elixires manjares.


Su exótica belleza,

cautiva

a forasteros,

que todos los años

llegan,

al enorme corso

de primavera.


Asombrados

se deleitan

con su ardiente marinera,

quedando admirados,

ante su bruñida

ternura

norteña.

( De mi poemario : Dulces Revelaciones )

QUERIDO MOCHE


Pueblecito norteño

de arrebol de ensueños,

cubierto de un mar

de espumosa delicias.

Con tu arte eximio

de grandes guerreros,

cual heraldos

en sus afrentadas luchas.


De magia

exalta

de campos floridos,

y arreboles auroras,

donde las hadas

cantaban

vestidas

de amapolas.


Con rostro angelical

repartían

las mocheras,

cantinas

de leche fresca,

quesillos

y miel

de abeja.


Trenzados

sus cabellos,

lucían

orgullosas,

pendientes

y sortijas,

el oro

de sus ancestros.


Pueblecito

norteño,

arrullaste

mi infancia,

albergando

mi afecto,

con tu cuerpo

de ámbar