( Antologia)
De todo lo que aprendemos en la vida de la escuela,
casi nada practicamos.
Ante nuestros ojos pasa cada día observando la extinción del silencio.
Callamos por miedo, o intereses, callamos, siempre callamos.
Creemos que avanzamos con muletas puestas, cargando peso, siempre cargando,
y nos mentimos tantas veces, diciendo que nos hemos liberado.
Y temiendo lo venidero, nos quejamos del presente
lidiando con la conciencia ante un juicio más fuerte.
Y en esa transición de la vida partimos casi siempre,
sin habernos arrepentido, sin habernos perdonado,
sin habernos conocido, porque hasta en el amor, no aprendimos amarnos...
María. Alejandra.
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